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domingo, 18 de marzo de 2018

Lo que el Nobel le puede aprender a los Oscares



Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 12 de marzo de 2018.

El Premio Nobel es el máximo reconocimiento a la actividad científica en el mundo. Conferido por la Fundación Nobel y bajo solicitud expresa de Alfred Nobel quien legó una parte importante de su fortuna reconoce a quienes, en el año precedente a la entrega de cada premio, generen el mayor beneficio a la humanidad dividido en cinco partes iguales: física, química, fisiología o medicina, literatura y paz. Posteriormente se incluyó la categoría de economía. La elección de los ganadores la delegó a diferentes Academias e instituciones suecas.

Otorgado por primera vez en 1901 ha reconocido a 892 personas y 24 organizaciones con 585 premios y es esperado con ansía por la comunidad científica y académica de todo el mundo. El proceso de selección está diseñado para reducir al mínimo posible las distorsiones que impidan que un investigador sobresaliente pueda ser nominado, sin embargo en el portal del Premio Nobel se indica que solamente el 5% de los premios han sido otorgados a la mitad de la población de científicos del planeta, desde Marie Curie en 1903 hasta Youyou Tu en 2015 solamente 48 mujeres han sido galardonadas. Este dato es claramente una distorsión que amerita una reflexión.

Comencemos con el acceso a la educación que ha cambiado desde principios del siglo XX cuando existía resistencia a la incorporación de mujeres, para estos momentos se ha liberado esa barrera y la matrícula a nivel licenciatura demuestra una clara igualdad entre géneros, por lo menos en países desarrollados. Posteriormente se encuentra la incorporación a la actividad de investigación, donde una vez más hay que reconocer que se han realizado acciones exitosas para que las plantas laborares en los centros e institutos alcancen la igualdad en oportunidades. Posteriormente viene el desarrollo dentro de la disciplina, aquí es donde se comienza a identificar que las mujeres tienen menor probabilidad de llegar a puestos de dirección y también a coordinar esfuerzos colectivos de alto nivel. Finalmente el reconocimiento de los pares, como por ejemplo, el otorgamiento del Premio Nobel.

En este último punto podría haber dos explicaciones: ya sea que las mujeres sean nominadas con menos frecuencia y por ese menos reconocidas y la otra es que a pesar de ser nominadas a la par de sus colegas hombres no sean seleccionadas. Desafortunadamente no hay manera de saberlo en toda su extensión puesto que la Fundación Nobel declara secreta la lista de nominados por 50 años. Sin embargo lo que sí sabemos de los datos públicos es que entre 1901 y 1967 solamente diez mujeres fueron nominadas en todas las categorías y de ellas 6 fueron reconocidas, un porcentaje bastante alto, lo que sustenta la primera hipótesis, la inequidad en el proceso de nominación.

En este sentido es interesante que el proceso de nominación sea por invitación. Los diferentes comités envían formas confidenciales a un grupo de personas que, de acuerdo a criterios propios de cada disciplina consideran competentes y calificados para nominar. Entre estos nominadores se encuentran miembros suecos y extranjeros de las diferentes Academias Suecas; miembros del comité en cuestión; galardonados por el Premio Nobel en años anteriores; Profesores titulares de las diferentes escuelas y facultades de Suecia, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y en particular, el Instituto Karolinska en Estocolmo; Presidentes o Jefes de Departamento en el área del comité de, al menos, seis universidades extranjeras con la finalidad de dispersar adecuadamente las oportunidades y, finalmente, otros científicos que la Academia considere apropiado invitar.

La situación genera un círculo vicioso pues al tener menor presencia en los premios así como en puestos directivos, se reduce también la participación femenina en los comités de nominación. A diferencia de una expresión publicada en el portal de la Fundación respecto a la intención de que los nominados sean apropiadamente explorados en los diferentes países, no se hace ninguna mención a la equidad de género. Aquí me pregunto si no debieran aprender los Premios Nobel de la entrega de los Oscares, donde para cada categoría se premia a un hombre y a una mujer.

Tener categorías diferenciadas por sexo es un acción afirmativa, es reforzar de manera activa algo que no está ocurriendo espontáneamente y sin duda es más equitativo que una acción de cuotas donde la mitad de los premios debieran darse a las mujeres. Esta directiva en los Oscares no llevó a la disminución de la calidad, al contrario, las mujeres saben que si su trabajo es de excelencia tendrán una oportunidad tan franca como la tienen los hombres por lo que se esfuerzan al máximo. En estos momentos existe una falta de incentivos en las mujeres para aspirar al Premio Nobel. Recordemos que equidad es igualdad de oportunidades no condescendencias ni facilidades. 

P.D. Dedicado a Mireya y Jorge por haber llamado mi atención sobre el tema.

Información adicional

Fecha de otorgamiento de los Premios Nobel a mujeres en las diferentes disciplinas con datos provenientes del portal 






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