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lunes, 14 de septiembre de 2015

Plutón, el renovador

Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 14 de septiembre de 2015







No existe nada más inspirador que una noche estrellada. La observación del cielo ha maravillado a la humanidad desde sus inicios, volviéndose el objeto de estudio de la rama científica más antigua de la humanidad: la astronomía. La correcta aplicación de las observaciones astronómicas permitió que las comunidades humanas originarias desarrollaran, primero, habilidades para correlacionar los cambiantes patrones celestes con fenómenos recurrentes como las estaciones y, posteriormente, la capacidad de cuantificar y predecir eventos vitales para nuestra subsistencia como es el inicio de la temporada de lluvias. La necesidad de describir con mayor precisión el cosmos impulsó en la antigüedad el desarrollo de poderosas herramientas matemáticas y posteriormente el de tecnologías como el sextante, el telescopio y el GPS.

Entre los cuerpos celestes que podemos observar a simple vista se encuentran los planetas. El sistema solar al que pertenecemos comprende nueve planetas, o eso pensamos, desde 1930 cuando Plutón fue descubierto hasta el 24 de agosto de 2006, fecha en que la Unión Astronómica Internacional decidió reclasificarlo como “planeta enano” junto con Ceres, Haumea, Makemake y Eris.

El motivo para ésta destitución fue la redefinición del concepto de planeta que pasó de “Cuerpo sólido celeste que gira alrededor de una estrella y que se hace visible por la luz que refleja. En particular los que giran alrededor del Sol” a “Cuerpo celeste que (a) gira alrededor del Sol (b) tiene suficiente masa para que su gravedad supere las fuerzas del cuerpo rígido, de manera que asuma una forma de equilibrio hidrostático, de forma esférica, y (c) que haya despejado la zona de su órbita”.

Para los que estudiamos ciencias naturales antes de 2006 nos genera algo de nostalgia la ausencia de Plutón y recibimos con júbilo que sea el protagonista de una de las noticias científicas más importante en el 2015 gracias a las imágenes y otro tipo de información que nos envía la sonda espacial de la NASA llamada New Horizons (Nuevos Horizontes).

Una sonda espacial es un dispositivo artificial propulsado por combustible,  por energía solar o por otras formas más sofisticadas de energía como la propulsión iónica. En la actualidad existen cinco sondas en ruta hacia el exterior del sistema solar equipadas con instrumental de observación como cámaras y analizadores de espectros así como equipos de comunicación.

La misión New Horizons, con un costo total de 650 millones de dólares, fue lanzada desde Cabo Cañaveral el 19 de enero de 2006, llegando a la luna en solo nueve horas y en un año a Júpiter, planeta de gran tamaño, cuyo campo gravitacional fue aprovechado por los ingenieros para incrementar la velocidad de la sonda de 478 kg hasta 14,500 km/h permitiendo el ahorro de 2 a 4 años de viaje.

Construida por el Instituto de Desarrollo Southwest (SwRI) y por el Laboratorio Johns Hopkins y con apenas 30 kg de instrumentos científicos de la mejor calidad y resolución disponibles a la fecha de su construcción, New Horizons nos ha regalado imágenes de gran belleza de Plutón y de sus cuerpos asociados conocidos como Caronte, Nix, Hidra, Cerbero y Estigia. Se cree que los satélites de Plutón se crearon después de una gran colisión como la que se supone que creó a la Luna y no a su captura gravitacional desde el Cinturón de Kuiper.
Las comunicaciones de la sonda con el equipo de Tierra se realizan por medio de la banda X que, a la a la distancia de Plutón, tendrá un caudal de de 600 a 1200 bits por segundo, suficiente para que las primeras fotografías se hayan recibido en menos de 12 horas. Sin embargo, tendremos que esperar nueve meses para que la totalidad de la información que se genere durante el acercamiento sea recibida.
Desde su descubrimiento Plutón ha sido un enigma para los astrónomos pues su distancia de más de 4 mil millones de km a nuestro planeta ha impedido discernir los detalles de su superficie. Gracias a los primeros datos que se recibieron este mes,  sabemos ahora que Plutón presenta diferencias importantes de brillantez en su superficie, indicando composición diferenciada y que, entre otras características, posee una amplia llanura de sólo 100 millones de años de antigüedad sin evidencia de cráteres, algo sorprendente para un cuerpo en el exterior del sistema solar que se esperaría más expuesto al impacto de meteoritos.  Resulta también que, en contra de lo que se pensaba debido a su pequeña masa, Plutón posee una atmósfera rica en nitrógeno la cual se extiende hasta 1,600 km sobre la superficie del planeta así como una masa importante de metano y monóxido de carbono congelado.


La grandeza de Plutón fue reivindicada, por lo menos por unos días, para gozo de muchos de nosotros y en respetuoso homenaje para su descubridor, Clyde William Tombaugh, cuyas cenizas viajan en el New Horizons hasta el encuentro del planeta que soñó.


Información adicional




Sitio oficial de la Misión New Horizons


Galería oficial de imágenes de la Misión New Horizons



Sitio sobre la misión en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins



Informe especial del sobrevuelo de Plutón por New Horizons 



Gráficos interactivos sobre la misión New Horizons




Por no haber sido descubierto todavía en 1917, Gustav Holst dejó a Plutón fuera de su icónica Suite Los Planetas. No es hasta el año 2000 que el compositor británico Colin Matthews es comisionado para escribir la pieza conocida como "Plutón, el renovador" la cual da nombre a la primera columna de ésta serie de divulgación científica. Los invito a escucharla en la interpretación de la Filarmónica de Berlín bajo la batuta de Simon Rattle. Un agradecimiento especial a Ismael Álvarez León por haber compartido la pieza conmigo.


"Pluto, the Renewer" 

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