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domingo, 21 de octubre de 2018

Una barrera menos



Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 22 de octubre de 2018.
Hace apenas 40 años, exactamente el 25 de julio de 1978, nos despertamos con una noticia que generó muchas y muy encontradas opiniones, el nacimiento de Louise Brown en Manchester, Reino Unido. Luise fue la primera bebé concebida bajo condiciones controladas fuera del cuerpo de su madre, algo que conocemos como fertilización in vitro.
Gracias a múltiples pruebas y seguimiento de casos, sabemos ahora que la fertilización in vitro es completamente segura para la madre y para el producto. Que los bebes nacen sanos y por lo menos han llegado a los 40 años sin complicaciones mayores asociadas a su origen.
Ahora es más frecuente y diría yo que inclusive accesible que una pareja con dificultades para procrear cuente con asistencia técnica y científica para lograrlo. Sin embargo esta facilidad está restringida a la fertilización natural, la que ocurre entre un óvulo y un espermatozoide, o lo estaba hasta este mes que se publicó en la revista científica Cell Stem Cell el trabajo de los doctores Wei Li, Qi Zhou y Bao-Yang Hu.
En esta ocasión se trata de un experimento en el cual, gracias a la poderosa herramienta llamada edición genética, se logró reprogramar un óvulo de ratón para que actuara como espermatozoide habilitándolo para fertilizar otro óvulo normal. El experimento se realizó en numerosas ocasiones resultando en 210 embriones que una vez implantados en el mismo número de hembras dieron lugar a 29 crías, todas hembras naturalmente, las cuales crecieron saludables y pudieron tener sus propias crías al llegar a edad adulta mediante reproducción convencional.
El éxito de este primer experimento contrasta con las dificultades encontradas para hacer el equivalente con espermatozoides. De entrada el proceso de reprogramación de un espermatozoide para que actuara como óvulo resultó ser significativamente más complejo y aunque fue exitoso en el 12% de los casos ninguna de las crías sobrevivió sus primeros días. Aunque existen secretos todavía que develar y retos que superar, este primer acercamiento permitió identificar las barreras genéticas que evitan la fertilización entre individuos del mismo sexo en mamíferos, barreras que han estado allí millones de años.

Pero este monumental esfuerzo no hubiera dado frutos si, además de su inteligencia y constancia, los autores no hubieran contado, por años, con las condiciones necesarias. En este sentido me parece interesante la gobernanza que existe en China sobre la inversión pública en innovación, ciencia y tecnología. Comencemos con la Constitución vigente desde 1982 en donde desde su planteamiento inicial considera a la ciencia como un elemento indispensable para la transformación de China en "un país socialista con prosperidad y poder, democracia y cultura". En el texto del documento se identifican siete artículos donde se hace mención a la ciencia quedando plasmada la obligación del gobierno de aprovechar los recursos científicos y tecnológicos cuyo desarrollo también tiene la obligación de financiar y promover para elevar la productividad, la educación, la cultura y la democracia en ese país, garantizando, al mismo tiempo, la libertad de sus ciudadanos al ejercicio de la investigación científica y tecnológica. En concordancia el Congreso Nacional Popular Chino cuenta con un comité de ciencia con facultades para la presentación de iniciativas de Ley al respecto quedando al nivel del Consejo de Estado, presidido por el Premier, la emisión de directivas en el tema.
Bajo el amparo de dos leyes, la Ley para el Progreso de la Ciencia y Tecnología promulgada en 1993 y la Ley para la Popularización de la Ciencia y la Tecnología promulgada en 2002, el gobierno Chino cuenta con un Ministerio de Ciencia y Tecnología el cual emite programas presupuestales, algunos de los cuales financiaron la investigación de los Dres. Wei Li, Qi Zhou y Bao-Yang Hu, como son el Programa Nacional de Investigación Básica, el Programa para Investigación y Desarrollo de Tecnologías Claves, el Programa para el Desarrollo de Alta Tecnología, entre otros. Igualmente, la Academia de Ciencias China cuenta con programas que financian investigación como son el Programa para Investigación con Prioridad Estratégica y el Programa de Proyectos Clave para las Fronteras de la Ciencia.
Mucha gente se sorprende de la rápida y decidida transformación de China de un país reproductor a uno maquilador a uno innovador que está compitiendo, cada vez como más fuerza, dentro de las grandes ligas en todos los aspectos sin abandonar su ideología socialista con lo que queda demostrado que existe más de una forma de generar condiciones para la prosperidad de la sociedad en su conjunto y, para quien bien lo entiende, la ciencia y la tecnología son herramientas fundamentales siempre y cuando exista claridad en el planteamiento y, sobre todo, continuidad. Queda esto como referente para nuestro estado de Morelos que desmantela el esfuerzo de 30 años y, por otro lado, la incertidumbre a nivel nacional sobre la dirección que tendrán los esfuerzos de más de 50 mil científicos que merecen las condiciones mínimas necesaria para que, con su investigación, puedan romper barreras tal como lo hacen sus colegas chinos.
Información adicional
Texto del artículo "Generation of bimaternal and bipaternal mice from hypomethylated haploid ESCs with imprinting regions deletion"
Texto en inglés de la Constitución de la República Popular China
Página del Ministerio Chino de Ciencia y Tecnología
Anuario estadístico del estado de la Ciencia y la Tecnología en China

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