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sábado, 13 de agosto de 2016

Deporte y Ciencia ¿Porqué no podemos ser igual de buenos en ambos?

Al momento de escribir esta columna 59 países habían ganado, al menos, una medalla en las Olimpiadas de Río.  Infelizmente, México no se encuentra entre ellos.

Esta situación ha sido sujeto de conversación en diferentes reuniones, con tal frecuencia y con tal vehemencia que comencé a reflexionar en lo parecido que son, desde la perspectiva de las políticas públicas, el deporte y la ciencia: 1) En ambos casos es indispensable promover la apreciación social mediante el desarrollo de una cultura;  2) Se comparte la ruta de acciones necesaria para detectar, seleccionar, formar, acompañar, equipar y financiar a los jóvenes talentos hasta su participación en competencias internacionales; y 3) Se debe fomentar la generación y consolidación de un sistema que permita incorporar a los talentos formados dentro de una actividad profesional con impacto social y económico.

Hasta antes de la creación del Conacyt como ente rector, la situación de México en la ciencia era muy parecida a la del deporte de ahora. El buen diseño institucional y, sobre todo, el establecimiento de rigurosos estándares de calidad global cambiaron el panorama y de un país generador de poco conocimiento de escasa utilidad ahora somos una potencia competitiva generando tanto conocimiento como capital humano especializado. ¿Qué experiencias positivas podríamos compartir, entonces, al sistema deportivo desde la perspectiva del diseño de políticas públicas en ciencia?

Primero, y en eso nos llevan ventaja, identificar que los medios masivos de comunicación dedican una cantidad importante de sus notas al deporte que no a la ciencia. Sin embargo, se trata básicamente de un solo deporte y siempre desde la perspectiva de la contemplación. Un pacto social con los medios permitiría difundir y promocionar otros deportes y también otras escalas de actuación, como por ejemplo equipos infantiles o juveniles, los cuales son rutinariamente ignorados. Este desplazamiento de cobertura debiera venir acompañado de la promoción profesional de la actividad deportiva como esparcimiento y para la mejora de la calidad de vida que genere orgullo y apreciación social del deporte como estilo de vida. Por supuesto que esto deberá venir acompañado de infraestructura a nivel de barrio o colonia.

En el caso de la ciencia hemos desarrollado un sistema de extensión de actividades científicas que ha alcanzado más de medio millón de personas en los últimos cuatro años, es decir, 25% de los habitantes de Morelos ha participado en al menos una actividad científica. Los talentos saben también que existe una serie de actividades regulares en las cuales pueden participar cada año como son el Curso de Verano Científico, el Concurso de Jóvenes Talento, la Noche de Estrellas o la Jornada Estatal de Ciencia y Tecnología. La inversión en infraestructura se ha realizado en el Museo de Ciencias, en el museo móvil Tráiler de la Ciencia y en exposiciones temporales como la de Darwin. Reconozco también voluntad de algunos medios locales como la Unión de Morelos que publica de manera regular aportaciones de científicos y del Sol de Cuernavaca que publicó esta columna.

En el tema de detección y formación de talento, sugerimos apoyarse en aliados especializados, que bien podrían ser las asociaciones o federaciones, para que realicen la identificación de talentos infantiles y juveniles en las diferentes disciplinas. Estos mismos aliados deberán llevar a cabo el equipamiento, entrenamiento y seguimiento de cada uno de los talentos y también indicarán a cuáles competencias estatales, regionales, nacionales o internacionales deberán atender y, por supuesto, acompañarlos. El presupuesto emanará de los distintos fondos existentes para el deporte y su flujo dependerá inicialmente de la extensión y profundidad con la que se lleven a cabo las diferentes acciones y, posteriormente, de la cantidad de medallas que obtengan sus beneficiarios. Ahora, por supuesto que podría haber más de una asociación interesada en participar en cierta disciplina y en cierto territorio. Este modelo permitiría que se realicen acciones simultáneas que enriquecerían el sistema deportivo en una sana competencia.

Una vez más, en el tema de ciencia hemos consolidado una relación estratégica con la Academia de Ciencias de Morelos que agrupa a los más destacados investigadores de Morelos quienes realizan una meticulosa detección de talentos entre más de ocho mil niños y jóvenes de nuestro estado y su posterior entrenamiento en áreas como física, química, biología o matemáticas. La Academia determina las disciplinas y las competencias en las cuales participar y da el acompañamiento académico y personal a cada uno de los competidores. El financiamiento se aplica a los gastos inherentes a la movilización, alimentación, transporte y hospedaje de los competidores y sus entrenadores quienes participan de manera honorífica.

Finalmente es indispensable la formación de ligas profesionales donde los jóvenes formados puedan ejercer asegurándose un medio de vida digno fortaleciendo al sistema mediante la transmisión de su experiencia a nuevas generaciones. Las ligas deberán ser autosustentables financieramente y con arraigo social.

En este sentido en Morelos hemos desarrollado, en colaboración con las Instituciones de Educación Superior y con los Centros e Institutos de Investigación quienes imparten los más de 100 planes de estudios en áreas científicas y tecnológicas, desde técnico superior universitario hasta doctorado, en beneficio de más de 7 mil jóvenes con beca, profesionalizándolos para su posterior incorporación laboral ya sea en la academia o en la industria. Morelos aporta anualmente más de mil quinientos profesionales al capital humano de nuestro país. El desempeño de cada uno de estos egresados se medirá en términos de competencia global. Cómo investigadores deberán generar conocimiento de frontera integrándose al sistema educativo bajo estándares internacionales. Dentro de la industria tendrán que participar en la generación de nuevos y mejores productos y servicios impulsando la competitividad global de la empresa. Es decir, contamos con dos ligas profesionales las cuales, además, son incluyentes y prácticamente libres de discriminación por género.


Finalmente, tanto deporte como ciencia son actividades profundamente humanas donde para tener éxito se requiere un largo y extenuante proceso de formación pero, sin duda, generadoras de la más profunda satisfacción personal y merecedoras de la misma atención de parte de los gobiernos. 


Información adicional.

Página de la Academia de Ciencias de Morelos
http://acmor.org.mx

Créditos: Imagen original de http://www.runningrebels.org/