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sábado, 3 de septiembre de 2016

Leche de cucaracha




Esta semana me topé en Facebook con un vídeo de un sitio llamado El Ciudadano TV donde se declara: “un estudio de la Unión Internacional de Cristalografía dijo que la leche de cucaracha es uno de los alimentos más nutritivos conocidos”, continúa con una serie de datos sobre las cucarachas y afirma: “probablemente los científicos ya trabajan para llevarla a tu almacén más cercano”. Alimentado por la repulsión que produce la especie en cuestión el susodicho vídeo tiene más de 800 mil reproducciones.

Conociendo a la muy respetable Unión Internacional de Cristalografía dudé inmediatamente en la veracidad de la información. Gracias al poder de las redes sociales, un egresado de la licenciatura en Ciencias de la UAEM, Alejandro Costet, me compartió la cita del artículo original, el cual por supuesto no es mencionado en el vídeo.

Se trata de un artículo publicado en julio de este año por Banerjee y colaboradores en la revista de la Unión Internacional de Cristalografía donde llevan a cabo el análisis de la estructura de un cristal de proteína aislado de leche de cucaracha, de esas grandotas que a veces encontramos en el trópico, la Diploptera punctata. La metodología se conoce como cristalografía de Rayos X y se lleva a cabo en Sincrotrones, en este caso en Soleil en París.

El mérito del artículo es doble. Primero por revisar un tema de interés biológico cómo es la nutrición de la única cucaracha vivípara (que da a luz a sus crías en lugar de poner huevecillos) y que además las alimenta para darles ventaja en su desarrollo. Por otro lado, que la proteína en cuestión, llamada Lili-Mip, se encuentra cristalizada desde la leche por lo que su estudio evita la manipulación durante la cristalización artificial. Los resultados del trabajo son de alto impacto pues proveen a los especialistas de importante información sobre la evolución de las proteínas de la leche así como también abre la puerta a nuevas metodologías para el estudio de cristales. 

El sitio que propaga el vídeo no merece mayor atención pues se dedica a la dispersión de notas de dudosa calidad, sin embargo creo que podemos usarlo como un excelente ejemplo de lo que sucede cuando la información científica es analizada sin conocimiento especializado y con intención de generar, inclusive, desprestigio a la actividad pues se trivializa a los científicos.

De aquí podemos sacar dos posibles conclusiones. La primera es que los divulgadores de la ciencia estamos desaprovechando el potencial de las redes sociales para promover conocimiento científico de calidad. Los expertos en comunicación ya nos habían dicho que un vídeo es mucho más efectivo que un texto pero seguimos escribiendo textos.

Por otro lado, el periodismo científico es diferente de la divulgación de la ciencia. Mientras que la divulgación busca mejorar la apreciación social mediante la mejor asimilación de conceptos científicos, el periodismo utiliza otro tipo de metodología que promueve la dispersión de la información pero, de manera muy importante, genera debate. El periodismo científico debe ser impersonal y preciso privilegiando la transmisión de hechos, datos y número confirmados por más de una fuente. El trabajo del periodista científico es generar polémica sobre temas de interés general de forma que la nota permanezca en ese medio y se replique en otros. Desafortunadamente carecemos en México de este tipo de expertos y con frecuencia se limitan a publicar  entrevistas a científicos pero no a sus descubrimientos y prácticamente nunca están dirigidas a temas de vanguardia y mucho menos buscando la polémica.

Como contraste, les comparto la nota que emite CNN sobre el mismo tema donde se puede apreciar que el periodista efectivamente leyó el artículo y que posteriormente se acercó a expertos que aclararon el tema de forma que transmite información actual y veraz sin dejar de atraer la atención del lector casual por lo llamativo del tema.

La apreciación social del mexicano hacia la ciencia y los científicos es baja, llegando inclusive a documentarse la desconfianza que siente el ciudadano común hacia la profesión. Los cambios culturales son complejos y lentos sin embargo si existe algún sitio donde podríamos acelerar este cambio es en Morelos, donde existe la tasa más alta de científicos per cápita del país y de muchos otros países también.


Desafortunadamente esto no va a ser posible mientras los mismos científicos sigamos visualizando la actividad de la ciencia como algo alejado de la sociedad sin impacto inmediato. Acciones sencillas como ciclos de conferencias o clases magistrales en escuelas serían un buen inicio para desactivar el rechazo social, primer paso para el cambio cultural que tanto requiere nuestro país en estos momentos. También, por supuesto la profesionalización en la divulgación de la ciencia y periodismo científico ayudarían.

Información adicional

Artículo original de Banerjee y colaboradores

Vídeo sobre la cristalografía de Rayos X

Uso de sincrotrones para investigación en medicina

Reportaje de CNN sobre las proteínas en la leche de cucaracha