Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 12 de marzo de 2018.
El Premio Nobel es el máximo reconocimiento a la actividad
científica en el mundo. Conferido por la Fundación Nobel y bajo solicitud
expresa de Alfred Nobel quien legó una parte importante de su fortuna reconoce
a quienes, en el año precedente a la entrega de cada premio, generen el mayor
beneficio a la humanidad dividido en cinco partes iguales: física, química,
fisiología o medicina, literatura y paz. Posteriormente se incluyó la categoría
de economía. La elección de los ganadores la delegó a diferentes Academias e
instituciones suecas.
Otorgado por primera vez en 1901 ha reconocido a 892
personas y 24 organizaciones con 585 premios y es esperado con ansía por la
comunidad científica y académica de todo el mundo. El proceso de selección está
diseñado para reducir al mínimo posible las distorsiones que impidan que un
investigador sobresaliente pueda ser nominado, sin embargo en el portal del
Premio Nobel se indica que solamente el 5% de los premios han sido otorgados a la
mitad de la población de científicos del planeta, desde Marie Curie en 1903 hasta Youyou Tu en
2015 solamente 48 mujeres han sido galardonadas. Este dato es claramente una
distorsión que amerita una reflexión.
Comencemos con el acceso a la educación que ha cambiado
desde principios del siglo XX cuando existía resistencia a la incorporación de
mujeres, para estos momentos se ha liberado esa barrera y la matrícula a nivel
licenciatura demuestra una clara igualdad entre géneros, por lo menos en países
desarrollados. Posteriormente se encuentra la incorporación a la actividad de investigación,
donde una vez más hay que reconocer que se han realizado acciones exitosas para que las plantas laborares en los centros e institutos alcancen la igualdad
en oportunidades. Posteriormente viene el desarrollo dentro de la disciplina,
aquí es donde se comienza a identificar que las mujeres tienen menor
probabilidad de llegar a puestos de dirección y también a coordinar esfuerzos
colectivos de alto nivel. Finalmente el reconocimiento de los pares, como por
ejemplo, el otorgamiento del Premio Nobel.
En este último punto podría haber dos explicaciones: ya sea que
las mujeres sean nominadas con menos frecuencia y por ese menos reconocidas y
la otra es que a pesar de ser nominadas a la par de sus colegas hombres no sean
seleccionadas. Desafortunadamente no hay manera de saberlo en toda su extensión
puesto que la Fundación Nobel declara secreta la lista de nominados por 50
años. Sin embargo lo que sí sabemos de los datos públicos es que entre 1901 y 1967
solamente diez mujeres fueron nominadas en todas las categorías y de ellas 6
fueron reconocidas, un porcentaje bastante alto, lo que sustenta la primera
hipótesis, la inequidad en el proceso de nominación.
En este sentido es interesante que el proceso de nominación sea
por invitación. Los diferentes comités envían formas confidenciales a un grupo de
personas que, de acuerdo a criterios propios de cada disciplina consideran
competentes y calificados para nominar. Entre estos nominadores se encuentran
miembros suecos y extranjeros de las diferentes Academias Suecas; miembros del
comité en cuestión; galardonados por el Premio Nobel en años anteriores;
Profesores titulares de las diferentes escuelas y facultades de Suecia,
Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y en particular, el Instituto
Karolinska en Estocolmo; Presidentes o Jefes de Departamento en el área del
comité de, al menos, seis universidades extranjeras con la finalidad de
dispersar adecuadamente las oportunidades y, finalmente, otros científicos que
la Academia considere apropiado invitar.
La situación genera un círculo vicioso pues al tener menor
presencia en los premios así como en puestos directivos, se reduce también la
participación femenina en los comités de nominación. A diferencia de una
expresión publicada en el portal de la Fundación respecto a la intención de que
los nominados sean apropiadamente explorados en los diferentes países, no se
hace ninguna mención a la equidad de género. Aquí me pregunto si no debieran
aprender los Premios Nobel de la entrega de los Oscares, donde para cada
categoría se premia a un hombre y a una mujer.
Tener categorías diferenciadas por sexo es un acción afirmativa, es reforzar de manera activa algo que no está ocurriendo espontáneamente y sin duda es más equitativo que una acción de cuotas donde la mitad de los premios debieran darse a las mujeres. Esta directiva en los Oscares no llevó a la disminución de la calidad, al contrario, las mujeres saben que si su trabajo es de excelencia tendrán una oportunidad tan franca como la tienen los hombres por lo que se esfuerzan al máximo. En estos momentos existe una falta de incentivos en las mujeres para aspirar al Premio Nobel. Recordemos que equidad es igualdad de oportunidades no condescendencias ni facilidades.
Tener categorías diferenciadas por sexo es un acción afirmativa, es reforzar de manera activa algo que no está ocurriendo espontáneamente y sin duda es más equitativo que una acción de cuotas donde la mitad de los premios debieran darse a las mujeres. Esta directiva en los Oscares no llevó a la disminución de la calidad, al contrario, las mujeres saben que si su trabajo es de excelencia tendrán una oportunidad tan franca como la tienen los hombres por lo que se esfuerzan al máximo. En estos momentos existe una falta de incentivos en las mujeres para aspirar al Premio Nobel. Recordemos que equidad es igualdad de oportunidades no condescendencias ni facilidades.
P.D. Dedicado a Mireya y Jorge por haber llamado mi atención sobre el tema.
Información adicional
Fecha de otorgamiento de los Premios Nobel a mujeres en las diferentes disciplinas con datos provenientes del portal