Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 9 de julio de 2018.
Hace más de 15 años escuché a Eduardo Horjales decir que
México necesitaba un sincrotrón. Un sincrotrón es una mega estructura que
transforma electricidad en luz, la luz más brillante y poderosa que existe, la
luz de sincrotrón, millones de veces más intensa que la del sol. Esa luz se
compacta y refina hasta concentrarla en un haz miles de veces más delgado que
un cabello. Con ese haz se puede traspasar la materia, cualquier tipo de
materia: biológica, rocas, metales, líquidos, etc., arrojando a su salida
información sobre su estructura. Como una radiografía pero de muy alta
resolución, hasta el nivel de átomos.
Eduardo se regresó a Brasil y yo seguí mi vida hasta que en
2012 y por iniciativa de Antonio Del Rio conocí a Matías Moreno quien me
convenció no solo que México debía tener un Sincrotrón sino que era posible
tenerlo pronto. Inspirada por ellos y por colegas como José Mustre, Tomás
Viveros, Armando Antillón, Mauro Napsuceale, José Jiménez Mier y Terán y Lupita
de la Rosa nos lanzamos juntos a alcanzar el sueño.
En esos momentos conocí a Víctor Del Rio. Víctor es un
expatriado mexicano en Australia que decidió no dejar de ser mexicano y también
velar, desde allá y a su manera, por el desarrollo de nuestro país y entre sus
proyectos se encontraba, para mi deleite, la construcción de un sincrotrón en
México. De lograrse, nuestro país contaría con la herramienta más valiosa que
existe para la investigación científica y para el desarrollo de nuevas y
poderosas tecnologías para atender los más importantes retos a los que nos
enfrentamos en estos momentos: salud, alimentación, energía, entre otros.
Con su gran empatía compartí con Víctor la visión de que si
queremos que el proyecto se realice hay que cambiar de estrategia para acercarlo
más a quienes asignan el presupuesto. En este sentido y después de muchas
charlas se decidió que dentro del proyecto de inversión del Fondo Mixto
Conacyt-Morelos destinado a la redacción del proyecto científico del Sincrotrón
mexicano se asignaran recursos para una investigación más social donde se
desarrollara la historia de los rechazos que tuvieron que sufrir durante muchos
años proyectos de otros sincrotrones hasta que rompieron la barrera y pudieron
realizarse.
Les comento todo esto porque el pasado miércoles 4 de julio
se presentó en una conferencia de prensa el producto de esta investigación, el
libro UN ASUNTO DE ESTADO: LA CONSTRUCCIÓN DEL PRIMER SINCROTRÓN EN MÉXICO. El
libro contiene una serie de historias reveladoras de la naturaleza humana que,
a pesar de las diferentes nacionalidades, se caracteriza por la resistencia al
cambio y por el temor a tomar decisiones atrevidas. En los cuatro casos
estudiados (España, Brasil, Australia y Jordania) el proyecto tuvo oposición en
sus inicios desde diferentes frentes, sobre todo el de gobernantes, quienes
tuvieron dificultad en entender la importancia científica, tecnológica e
industrial de una inversión de esta naturaleza.
La clave para disolver la oposición es el conocimiento de
estas historias, interesantes y amenas, no solo por los gobernantes sino por
todos nosotros para que podamos, con una sola voz, demandar a quienes
corresponda la inversión en un proyecto importante, relevante y pertinente para
México en el Siglo XXI. Si quieren acompañar a Víctor con la lectura del libro,
dejen aquí su correo electrónico y el autor les hará llegar una copia con mucho
gusto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario