Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 10 de julio de 2017.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología se crea por disposición del Congreso de la Unión el 29 de diciembre de 1970 durante la administración de Luis Echeverría como la entidad asesora del Presidente de la nación con la misión de articular las políticas públicas del gobierno federal así como de promover el desarrollo de la investigación científica y tecnológica, la innovación, el desarrollo y la modernización tecnológica del país.
Antes de 1970, la poca investigación que se hacía en México era dispersa, sin vinculación con las necesidades del país y sin un apoyo presupuestal definido. La creación del Conacyt detonó el desarrollo de la ciencia en nuestro país siendo sus programas emblemáticos el de Becas de Posgrado Nacionales, el Sistema Nacional de Investigadores y el Programa Nacional de Posgrados de Calidad. Estos programas, entre otros, han permitido la consolidación de una planta de aproximadamente 50 mil investigadores y una matrícula de otros tantos estudiantes de posgrado en todo el país.
De manera paralela, el Conacyt ha constituido instrumentos de inversión distribuidos entre fondos institucionales, fondos mixtos en los que se asocia con gobiernos estatales o municipales y fondos sectoriales donde la asociación es con secretarías del gobierno federal. Con la excepción del Fondo Sectorial SEP-Conacyt para Ciencia Básica, el resto de los fondos emite de manera regular demandas a atender (equivalente a problemas a solucionar) identificados como prioritarios por alguna de las entidades asociadas (gobiernos estatales o municipales, secretarías federales o el mismo Conacyt) convocando a la comunidad científica del país a proponer proyectos. Para lograrlo, los investigadores reciben recursos que pueden dedicar a la compra de equipo especializado o de sustancias químicas, a becas para investigadores asociados y también a la publicación de los resultados, entre otros rubros. Para garantizar la calidad de los proyectos el Consejo ha desarrollado un sofisticado mecanismo de revisión entre pares, es decir, los proyectos de un tema específico, por ejemplo de óptica, serán revisados únicamente por otros expertos en óptica y así para todas las áreas del conocimiento.
El fondo de Ciencia Básica es diferente ya que no publica demandas sino que convoca a los investigadores para que sometan a evaluación los temas de su interés personal o grupal, siendo los únicos criterios de selección la calidad y la viabilidad de la propuesta. Este fondo es vital para nuestro país, pues es el único que financia la generación de conocimiento dirigido únicamente a perfeccionar el entendimiento de la naturaleza, del universo o de la sociedad humana sin otro objetivo específico. La ciencia básica es la materia prima del desarrollo de las sociedades modernas, ya sea a través de la generación de tecnología, como por ejemplo una vacuna o un celular, o también de conocimiento en áreas sociales como podría ser un nuevo modelo económico.
Durante la reciente instalación de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la CONAGO (Conferencia Nacional de Gobernadores) su presidente, el gobernador de Colima Ignacio Peralta, hizo mención a la pertinencia de la reorganización de Conacyt como Secretaría de Ciencia, Tecnología y Educación Superior. Este cambio de nivel sería un detonante para el desarrollo de la ciencia en nuestro país pues por primera ocasión se le daría el más alto nivel al tema dentro de la estructura nacional. Cabe aclarar que con anterioridad se había presentado una propuesta similar, como resultado de la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación que presentó en 2012 el entonces rector de la UNAM Dr. José Narro a la misma CONAGO. Aquí es pertinente mencionar que a nivel de estado existen ya seis entidades en nuestro país que han establecido secretarías especializadas, siendo Morelos el pionero con la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología estatal. Una vez abierto el debate se comenzarán a difundir diferentes propuestas por lo que quisiera aprovechar estas líneas para someter a la discusión pública una más.
Como principio, coincido plenamente con la elevación de rango del Conacyt a secretaría de Estado. Esto por dos razones. La primera porque estoy convencida que en el siglo XXI el futuro de nuestro país está, más que nunca, atado a nuestra capacidad para desarrollar la mejor ciencia y la mejor tecnología posibles y, por lo tanto, se le tiene que dar la prioridad que merece pero también, y en esto usaré las palabras del director fundador del Conacyt, el Dr. Méndez Docurro, porque “... para conseguir recursos de Hacienda o de cualquier otra dependencia, no le van a hacer caso; en cambio, sí ahí está una gente del mismo nivel jerárquico, un secretario de Estado, lo tienen que atender de otra manera".
La reciente reducción en el presupuesto del Conacyt nos debe servir de alerta. No solo se trata de redoblar esfuerzos para gestionar más recursos para la ciencia sino que esto ocurrirá en un panorama de menores ingresos para el gobierno por lo que también sería importante no generar más burocracia en el proceso. Finalmente, esta modificación debería considerar también prioritario robustecer la innovación, es decir, que se consoliden los mecanismos que permiten que el conocimiento generado por la investigación científica se transforme en productos y servicios que hagan más competitiva nuestra economía para la generación de riqueza, la creación de empleos y la atracción de inversiones.
Por todas estas razones propongo evaluar con detenimiento la conveniencia de que, de elevarse de rango el Conacyt a secretaría de Estado, se consolide su alcance mediante la fusión con otras áreas afines como sería la Secretaría de Economía, generando de esta forma una entidad con la gobernanza necesaria y suficiente para el impulso a la innovación basada en ciencia y tecnología. La pertinencia de incluir a la Educación Superior en la definición de la dependencia se las dejo a los expertos en el sector educativo pero de ninguna manera la descarto. El nombre de tal dependencia podría ser Secretaría de Economía del Conocimiento, de Ciencia, Tecnología y Desarrollo Económico o, sencillamente, de Innovación.
Esta modificación redundaría en: 1) Elevación del tema de ciencia, tecnología e innovación a nivel de secretaría de Estado; 2) Consolidación de las áreas indispensables para la transformación de nuestra economía en una economía del conocimiento; 3) Reducción del aparato administrativo esperando que los recursos liberados puedan ser canalizados a inversión.
Como referente internacional tenemos a Corea del Sur, país pionero en el establecimiento de una economía del conocimiento que, mediante una cuidadosa estrategia de gobierno, realizó cambios estructurales entre los que se encuentra la creación de la primera Secretaría de Ciencia y Tecnología a nivel mundial y también la fusión de las Secretarías de Economía y Finanzas. Gracias a estos cambios pudieron no sólo sortear la crisis financiera asiática de 1997 sino superarla con mejor competitividad.
México ha cambiado mucho desde 1970, hemos tenido altas y bajas, hemos creado grandes instituciones pero también hemos visto cómo se deterioran por falta de decisión para realizar los cambios necesarios en el momento oportuno. Conacyt es una de estas grandes instituciones, tenemos la responsabilidad de tomar las mejores decisiones como sociedad pensando en el futuro. Espero que estas líneas sirvan para alimentar el debate público sobre el tema.
Información adicional
Testimonio sobre la creación del Conacyt por su director fundador, Dr. Eugenio Méndez Docurro
Agenda temática vigente de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la CONAGO
Informe Público de la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación presentada por el Rector de la UNAM a la presidencia de la CONAGO en 2012
Estudio de caso del Banco Mundial sobre Corea del Sur y la economía del conocimiento
¿Quienes son los políticos que toman esta decisión para crear una secretaria de estado que incluya la ciencia, la tecnología y la innovación?¿Es posible convencerlos?¿Cómo?
ResponderBorrarLa cámara de Diputados publica la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal que es el documento donde se delinea el Poder Ejecutivo junto con sus secretarías. La decisión de crear una nueva secretaría como pasó hace un par de años con Cultura es consensada con el Presidente. Eso significa que hay que hacer cabildeo con los candidatos y sus equipos de trabajo para que lo tengan presente, tanto a diputados federales como a presidente.
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