Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el día 7 de noviembre de 2017.
Como consecuencia natural de la traslación de nuestro planeta la duración de los días y las noches varía durante el año y mientras más lejos del ecuador se encuentre una población más profunda esta diferencia. Para México, la diferencia entre el día más largo y el más corto en el año es de 3 horas con 40 minutos. Es por eso que en verano los días son más largos y en invierno más cortos. Eso lo sabemos todos pero con la finalidad de aprovechar mejor esta característica en cuanto al consumo global de energía es que desde 1996 se implantó en nuestro país el horario de verano, siendo México uno de los 86 países del mundo en aplicarlo.
Este año el horario de verano comenzó el primer domingo de
abril y concluyó el último domingo de octubre en prácticamente todo el
territorio con tres excepciones. Por un lado, 33 municipios de la zona
fronteriza con Estados Unidos donde continúa hasta el primer domingo de
noviembre y, por otro lado, los estados de Quintana Roo y Sonora, donde no se
aplica en ningún momento. La razón para lo primero es la necesidad de ajustar
el horario con Estados Unidos en la frontera por razones comerciales mientras
que por la temperatura extrema de verano
en el desierto, los sonorenses se benefician de una hora menos de sol durante
su jornada laboral. Finalmente Quintana
Roo, por ser el estado más al oriente de nuestro país, tiene otro uso horario.
Mucho se ha discutido del poco beneficio que acompaña este
cambio de horario al consumidor doméstico y quizá sea cierto ya que la diferencia
en el recibo es alrededor del 10%. Sin embargo es fundamental aclarar que el
98% de los usuarios domésticos recibimos un subsidio que va del 38 al 58% del
costo del servicio en la tarifa básica por un monto total de 43 mil millones de
pesos. La reducción del costo de producción de electricidad por el horario de
verano le impacta también a la CFE en un 10%, que multiplicado por los 36
millones de clientes domésticos alcanzó la cantidad de mil 332 millones de
pesos para este año.
Pero los resultados no son solo en ahorro de dinero ya que
también se redujeron las emisiones de gases efecto invernadero en 408 mil
toneladas, mejorando las condiciones climáticas, además que tener una hora más
de sol beneficia la economía local y también el ambiente familiar por gozar de
más tiempo al aire libre por las tardes. Hacer lo mismo pero con menos energía
es una meta global. Ser eficientes no solo mejora la economía sino que ayuda a
preservar el planeta. Aprender qué estamos haciendo como sociedad nos ayuda a
visualizar lo que podemos colaborar desde nuestra casa o negocio. Para reforzar
este necesario cambio de cultura se realizará el foro Alternativas Verdes el
próximo 21 de noviembre en el Centro de Convenciones de Morelos en Xochitepec
con el tema Eficiencia Energética siendo el Reino Unido el país invitado. No se
lo pierdan. Registro y programa en el portal http://alternativasverdes.mx.
Para mayor información sobre este tema los invito a leer los
artículos “Una temporada especial” y “Electricidad como negocio ciudadano”
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