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miércoles, 29 de agosto de 2018

De manteconchas y cosas peores


Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 27 de agosto de 2018.

En estos últimos días el pan ha ocupado espacios importantes en las redes sociales y no me refiero al partido político sino al alimento, aquel hecho de trigo y que nos trajeron los conquistadores españoles. Todo nace hace algunas semanas en Querétaro, donde Josué Rivera de la panadería “El Manantial” tuvo la inspiración de fusionar una mantecada con una concha para venderlo a siete pesos. Uno de los clientes tomo una foto y la subió a redes sociales volviéndose viral.

La originalidad del producto y lo ingenioso del nombre ayudó a que las manteconchas ocuparan su sitio dentro del imaginario popular al volverse un símbolo más del sincretismo que nos caracteriza. Sin embargo, el gozo de los creadores dio un giro inesperado en los últimos días ya que olvidaron que, para garantizar la exclusividad en la explotación de una invención, es necesario proteger.

Efectivamente, ante la omisión de los dueños de la panadería “El Manantial” ya existen dos
solicitudes de registro de la marca Manteconchas ante el IMPI, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que es la institución nacional que registra y patenta. La primera solicitud se recibió el 17 de agosto por la empresa Bimbo y la segunda el 20 de agosto de parte de una persona residente en Tlalnepantla. El IMPI tendrá que resolver, de acuerdo a sus facultades y a la normatividad vigente, si es procedente conferirles el uso de la marca a estos solicitantes. Injusto quizá pero legal. Los creadores de las Manteconchas no las registraron, sencillamente, porque en México no tenemos la cultura de la protección de las invenciones y consideramos que invertir en eso es una pérdida de dinero

Eso nos lleva de una manera interesante a comentar sobre la negociación del Tratado de Libre Comercio, el famoso TLC, que se está buscando renovar con Estados Unidos y Canadá. En estas negociaciones uno de los capítulos que más problemas está presentando en su conciliación es precisamente el de propiedad intelectual. En este sentido Estados Unidos considera que México no está cumpliendo a cabalidad con su compromiso de proteger la propiedad intelectual de las empresas de su país al ser permisivo con la piratería y por no tener mecanismos suficientemente fuertes para forzar el cumplimiento de las leyes respectivas. Si el Gobierno de México no genera los compromisos necesarios, esta mala costumbre nuestra de comprar piratería por ser más barata podría dar al traste con el desarrollo económico del país.

Como podemos ver, tanto la falta de una cultura de la protección en los inventores así como la liviandad con la que aceptamos a la piratería como consumidores son las dos caras de la misma moneda. Si queremos una economía fuerte que genere prosperidad tenemos que darle certeza a los inversionistas, individuales o corporativos, de que van a poder generar un retorno a su inversión. Es obligación del Gobierno reforzar mediante el ejercicio de su autoridad la protección a la propiedad privada, ya sea una vivienda, un auto o una marca. Por otro lado, también los ciudadanos tenemos el derecho de aprovechar el mismo ejercicio de autoridad para proteger lo que creamos y lo que producimos. Ese es el Estado de Derecho.

Información adicional

Dos días después de la publicación original de esta nota la empresa Bimbo comunica oficialmente que se desiste de su solicitud de registro de la marca. ¡Ah! y también se firmó el TLC.

martes, 21 de agosto de 2018

¿Culpable o inocente? El juicio al glifosfato

https://www.flickr.com/photos/cesar_ramos/2052460614/

Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 20 de agosto de 2018.


La semana que termina vio cómo un Juez de California impuso una multa de 289 millones de dólares a Monsanto en compensación a un ciudadano cuyo alegato pretendía culpar al glifosfato, un componente del herbicida más usado en el mundo y fabricado por esa compañía, de haberle causado cáncer.

La decisión del Juez tuvo como referencia reportes técnicos y científicos donde se presenta evidencia sobre la posible responsabilidad del glifosfato en la aparición de ciertos tipos de cáncer. El glifosfato, cuyo nombre completo es N-fosfometil-glicina, es un herbicida organofosforado que es absorbido por las hojas de las plantas y les produce un intenso estrés oxidante que lleva a la muerte celular. Monsanto ha aprovechado esta capacidad del glifosfato para producir una amplia variedad de cultivos modificados genéticamente con resistencia al mismo de forma que se vuelve más fácil, más económico y más efectivo el control de malezas. Por supuesto que también vende el herbicida como un paquete completo para el agricultor, sobre todo para el agroindustrial que privilegia el rendimiento sobre otras consideraciones.

Aunque en México no se siembran cultivos modificados genéticamente en gran escala, sí es común ver que nuestros agricultores usen glifosfato en sus diferentes presentaciones, razón por la cuál es de especial interés seguir el juicio y, sobre todo, las evidencias científicas presentadas las cuales provienen de tres tipos de estudios. El primer tipo nos dice si un compuesto genera daño in vitro (a células o tejidos aislados) pero eso no significa que lo va a hacer en un organismo vivo. El segundo tipo nos dice si un compuesto causa daño a animales de laboratorio pero eso no significa que lo haga también en humanos. Finalmente estudios que indiquen la posible relación entre el contacto con el compuesto y cierta enfermedad en humanos.

Este último tipo de estudio, el más concluyente de todos, tiene dos formas de abordarse. Por un lado se pueden realizar estudios de cohorte, es decir, seguimiento a un grupo grande de personas durante años para identificar a quienes lleguen a presentar alguna enfermedad. Por otro lado se pueden realizar estudios de caso en los cuales una vez que una persona presenta una enfermedad se trata de asociarla a alguna causa en particular comparándola con personas sanas. En ambos tipos de acercamiento a lo más que se puede aspirar es a encontrar una fuerte correlación entre el contacto con un compuesto y la presencia de una enfermedad, sin embargo y en particular con el cáncer que resulta ser una enfermedad de larga incubación y multifactorial, resulta aún más difícil asegurar relación causa-efecto.

En este sentido el debate es todavía más relevante puesto que involucra a las dos entidades responsables de la regulación de productos por su efecto sobre la salud más importantes del mundo, la International Agency for Research on Cancer (IARC) de Estados Unidos y la European Food Safety Authority (EFSA) de la Unión Europea. Ante la misma evidencia científica, la IARC dictamina que existe evidencia suficiente para concluir que el glifosfato puede causar cáncer mientras que la EFSA dictamina lo contrario. El Juez californiano utiliza el dictamen de su gobierno y emite sentencia, sin embargo y como es evidente, persisten las dudas y no creo que sea la última vez que escuchemos del glifosfato.



Información adicional


Differences in the carcinogenic evaluation of glyphosate between the International Agency for Research on Cancer (IARC) and the European Food Safety Authority (EFSA) 
https://jech.bmj.com/content/70/8/741


lunes, 13 de agosto de 2018

Los retos de la modernidad a la salud



Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 12 de agosto de 2018.

Los desarrollos científicos y tecnológicos han aportado grandes beneficios a la sociedad. Avances tales como las tecnologías médicas, las telecomunicaciones y las energías renovables nos ofrecen bienestar y oportunidades de crecimiento económico sustentable. Sin embargo, las tecnologías modernas han generado, al menos, tres nuevos retos sobre la salud de los que todavía no valoramos que tan negativo será el impacto que tendrán sobre la humanidad.

El primero de ellos es el síndrome del túnel carpiano. Según el documento Diagnóstico y Tratamiento del Síndrome de Túnel del Carpo en Primer Nivel de Atención publicado por el IMSS, se trata de una mono-neuropatía de la extremidad superior producida por compresión del nervio mediano a nivel de la muñeca, caracterizado por incremento de la presión dentro del túnel del carpo y disminución de la función a ese nivel. El nervio mediano controla las sensaciones del lado palmar del pulgar y los dedos excepto el meñique, al igual que impulsos a algunos músculos pequeños en la mano que permiten que se muevan los dedos y el pulgar. Este padecimiento lo presentan personas ocupadas en oficina y está asociado al uso de computadoras por largos periodos de tiempo. Actualmente es una de las principales causas de riesgo laboral y puede afectar entre el 5 y el 10 % de la población mundial mientras que, en Estados Unidos, representa el 62% de los casos notificados de enfermedad profesional con un costo de atención de dos mil millones de dólares.

El segundo padecimiento es la miopía la cual aparece durante la infancia y la juventud y no se asocia a ningún problema serio, sin embargo la progresión de la miopía a niveles de 6 dioptrías o más duplica el riesgo de catarata, glaucoma, desprendimiento de retina y otros padecimientos graves. Las estimaciones indican que para el 2015 existían aproximadamente 312 millones de miopes en el mundo, cifra que puede ascender a 324 millones para el 2025 y a 4,758 millones para el 2050, con una penetración de hasta el 80% de la población como se detecta en algunos países asiáticos. Aunque existe evidencia de un componente genético, estudios realizados en China indican que el estilo de vida y la carga escolar son las principales causas de aparición masiva de la condición en jóvenes entre 12 y 15 años. En el estilo de vida es importante considerar el número de horas que nuestros adolescentes dedican a sus dispositivos móviles, tabletas y celulares, y como consecuencia el intenso esfuerzo que impone a sus ojos y que puede ser irreversible.

El tercer caso es la cervicalgia o dolor de cuello. Hasta hace algunos años este padecimiento era exclusivo de personas mayores, sin embargo se ha detectado recientemente un incremento inusitado en la población menor a 17 años. Esta alteración está siendo provocada por la postura defectuosa que asumen los usuarios al atender por periodos prolongados dispositivos móviles y, gracias a un reporte emitido por la Facultad de Medicina de la UNAM, sabemos que en los últimos quince años el padecimiento se ha incrementado del 20 al 45% entre los usuarios intensivos de tecnología. La cervicalgia no atendida a tiempo puede devenir en artrosis (degeneración del cartílago a nivel de las vértebras cervicales) el cual es un padecimiento invalidante.

La tecnología no es buena ni mala por sí misma, es el uso que le damos los usuarios el que determina el impacto que podrá tener sobre nosotros, sobre nuestra salud y sobre el medio ambiente. Seamos responsables, informémonos y tomemos las mejores decisiones.

Dedicado a Dani y Vale, porque todavía están a tiempo.