Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 12 de agosto de 2018.
Los desarrollos científicos y tecnológicos han aportado
grandes beneficios a la sociedad. Avances tales como las tecnologías médicas,
las telecomunicaciones y las energías renovables nos ofrecen bienestar y
oportunidades de crecimiento económico sustentable. Sin embargo, las
tecnologías modernas han generado, al menos, tres nuevos retos sobre la salud de
los que todavía no valoramos que tan negativo será el impacto que tendrán sobre
la humanidad.
El primero de ellos es el síndrome del túnel carpiano. Según
el documento Diagnóstico y Tratamiento del Síndrome de Túnel del Carpo en Primer
Nivel de Atención publicado por el IMSS, se trata de una mono-neuropatía de la
extremidad superior producida por compresión del nervio mediano a nivel de la
muñeca, caracterizado por incremento de la presión dentro del túnel del carpo y
disminución de la función a ese nivel. El nervio mediano controla las
sensaciones del lado palmar del pulgar y los dedos excepto el meñique, al igual
que impulsos a algunos músculos pequeños en la mano que permiten que se muevan
los dedos y el pulgar. Este padecimiento lo presentan personas ocupadas en
oficina y está asociado al uso de computadoras por largos periodos de tiempo.
Actualmente es una de las principales causas de riesgo laboral y puede afectar
entre el 5 y el 10 % de la población mundial mientras que, en Estados Unidos,
representa el 62% de los casos notificados de enfermedad profesional con un
costo de atención de dos mil millones de dólares.
El segundo padecimiento es la miopía la cual aparece durante
la infancia y la juventud y no se asocia a ningún problema serio, sin embargo
la progresión de la miopía a niveles de 6 dioptrías o más duplica el riesgo de
catarata, glaucoma, desprendimiento de retina y otros padecimientos graves. Las
estimaciones indican que para el 2015 existían aproximadamente 312 millones de miopes
en el mundo, cifra que puede ascender a 324 millones para el 2025 y a 4,758
millones para el 2050, con una penetración de hasta el 80% de la población como
se detecta en algunos países asiáticos. Aunque existe evidencia de un
componente genético, estudios realizados en China indican que el estilo de vida
y la carga escolar son las principales causas de aparición masiva de la
condición en jóvenes entre 12 y 15 años. En el estilo de vida es importante
considerar el número de horas que nuestros adolescentes dedican a sus
dispositivos móviles, tabletas y celulares, y como consecuencia el intenso
esfuerzo que impone a sus ojos y que puede ser irreversible.
El tercer caso es la cervicalgia o dolor de cuello. Hasta
hace algunos años este padecimiento era exclusivo de personas mayores, sin
embargo se ha detectado recientemente un incremento inusitado en la población
menor a 17 años. Esta alteración está siendo provocada por la postura
defectuosa que asumen los usuarios al atender por periodos prolongados
dispositivos móviles y, gracias a un reporte emitido por la Facultad de
Medicina de la UNAM, sabemos que en los últimos quince años el padecimiento se
ha incrementado del 20 al 45% entre los usuarios intensivos de tecnología. La
cervicalgia no atendida a tiempo puede devenir en artrosis (degeneración del
cartílago a nivel de las vértebras cervicales) el cual es un padecimiento
invalidante.
La tecnología no es buena ni mala por sí misma, es el uso que
le damos los usuarios el que determina el impacto que podrá tener sobre
nosotros, sobre nuestra salud y sobre el medio ambiente. Seamos responsables,
informémonos y tomemos las mejores decisiones.
Dedicado a Dani y Vale, porque todavía están a tiempo.
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