Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 18 de enero de 2016.
La evolución de los mamíferos y la de los virus están
indisolublemente ligadas, por lo tanto, la presencia de millones de virus a
nuestro alrededor impacta, tanto positiva como negativamente, en todos los
aspectos del desarrollo de los humanos. En algunos casos estamos acostumbrados
a su presencia como en el caso de la gripa, en otros casos nos causa alarma
como la viruela negra, pero la realidad es que no conocemos siquiera la
diversidad y magnitud de su presencia y es hasta que se salen de control que alcanzan
la primera plana de los periódicos.
Los virus no aparecen y desaparecen de la nada, al
contrario, han estado en la naturaleza desde mucho antes de que apareciéramos los
humanos y simplemente sucede que a veces se encuentran ocultos en lo que se
llama reservorios y en otras ocasiones salen e infectan otras especies y hasta
personas. En particular, se sabe que los virus que atacan el sistema
respiratorio de los humanos se almacenan en aves, tanto silvestres como
domesticadas: pollos, patos, gansos, cigüeñas, etc. De vez en cuando, alguna
persona que convive con grandes cantidades de aves no vacunadas entra en
contacto con alguna variedad de virus que, mediante mutación, adquiere la
capacidad de infectar humanos.
Las mutaciones surgen en el material genético de los
organismos como cambios al azar y de manera espontánea, es decir, no existe un
patrón sobre el cual predecir su aparición y tampoco podemos saber cuándo van a
ocurrir. Pero eso no es malo, al contrario, la mutación es la materia prima de
la evolución. Es solamente a través del cambio que se generan nuevas
variedades, algunas veces más vigorosas y fértiles, que serán las que dominen
en el futuro. La presencia del hombre ha impactado fuertemente en la forma como
las especies se relacionan y es por eso que fenómenos naturales como la
mutación de un virus de repente resulta tener una relevancia artificial.
Existen dos aspectos que afectan la biología del virus y que
tendrán impacto en la salud pública de manera mancomunada: su capacidad de
transmisión y su agresividad. Si la nueva variedad del virus es poco
infectivo y poco agresivo, muy probablemente ni siquiera nos enteremos de su
existencia pues desaparecerá de manera sigilosa. Si es altamente infectivo pero
poco agresivo se volverá una de las pandemias típicas de todos los inviernos y
podrá ser atendida bajo las condiciones regulares de clínicas y hospitales. La
verdadera crisis proviene cuando la variedad es altamente infectiva y altamente
agresiva y es aquí donde entra en juego todo un complejo sistema de predicción,
evaluación, atención y respuesta de parte de los expertos nacionales e
internacionales conocidos como epidemiólogos.
México vivió una situación extrema de pandemia viral el
pasado 2009 donde, proveniente de Asia, se propagó un brote de una variedad
atípica de influenza, la H1N1, que duró un poco más de un año y que costó la
vida de al menos 20,000 personas en todo el mundo aunque algunos estudios
indican que pudieran haber sido cerca de medio millón. La estrategia global
para atender esta emergencia se basó en la prevención mediante mejores hábitos
de higiene, aislamiento territorial, reducción del contacto entre personas para
reducir la transmisión directa y vacunación masiva. El impacto que tuvo sobre
nuestra economía fue profundo y costó casi un 1% del PIB perjudicando todavía
más nuestro ya lastimado sistema social.
Durante la crisis del 2009 se generaron diferentes
respuestas para atender la situación, algunas de primera instancia, otras de
seguimiento y evaluación y posteriormente de prevención a futuro. A continuación
les presentaré a tres investigadores de Morelos que participaron de primera
mano en este proceso. El Dr. Mauricio Hernández, actualmente Director del
Instituto Nacional del Salud Pública en Cuernavaca, ocupó el puesto de Subsecretario
de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud durante la
pandemia y fue él quien coordinó la respuesta nacional ante el brote del virus. El Dr. Carlos Arias Ortíz, investigador del Instituto de
Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México en Cuernavaca,
coordinó dentro de la institución las acciones de aislamiento y caracterización
de los primeros virus lo que permitió el desarrollo de protocolos de acción que
agilizaron la respuesta gubernamental. La participación de ambos investigadores durante la crisis pandémica
fue reconocida de manera conjunta con el Premio Nacional de Ciencias y Artes
2014 en el área de Ciencias Naturales.
Finalmente, la Dra. Laura Palomares del Instituto de
Biotecnología de la UNAM, en colaboración con la empresa americana Protein
Sciences, desarrolló la primera vacuna recombinante contra la influenza llamada
Flublok con base en la hemaglutinina, una de las proteínas que se expresan en
la superficie del virus y que son específicas para cada variedad de virus. Por ejemplo,
en el H1N1 el primer término indica que se trata de un virus con una Hemaglutinina
tipo 1 y una Neuraminidasa tipo 1.
Al ser producida de manera recombinante, es decir,
totalmente en laboratorio, no presenta los problemas que tienen las formas
convencionales a partir de la inoculación de huevos de gallina. La nueva
tecnología reduce de manera importante, por un lado, las reacciones alérgicas
por arrastre de proteína de huevo y, por otro lado, permite reducir a la mitad los
seis meses necesarios por el método convencional respondiendo mejor a crisis
internacionales y, al mismo tiempo, abatiendo su costo.
Flublok ya fue validada para su comercialización en Estados
Unidos desde mediados de 2015 y, en México, desde noviembre del mismo año a Laboratorios
Liomont, empresa innovadora de origen nacional. Con un valor del mercado
internacional para las vacunas contra la influenza de 1,600 millones de dólares,
felicito la decisión de Laboratorios Liomont de invertir en la investigación
que se hace en nuestro país y, en particular, en nuestro estado, la cual sin duda
va a repercutir de manera positiva en su fortaleza como empresa y que esperamos
sea emulada por otros actores del gremio industrial mexicano.
Información adicional
Estimado sobre el número real de decesos producidos por la
pandemia de influenza H1N1 en 2009
Descripción del modelo convencional de producción de vacunas
contra la influenza
Reporte de la Organización Mundial de la Salud sobre el valor
del mercado de las vacunas
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