Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 17 de diciembre de 2018.
El pasado 15 de diciembre se publicó el paquete económico 2019 por
un monto global de 5 billones 814 mil 291 millones de pesos. Este paquete se presenta en un
contexto de economía global desfavorable y se diseña bajo los preceptos de
austeridad, honradez y combate a la corrupción en alineación a tres directrices
que son Paz, Estado Democrático y de Derecho; Bienestar Social e Igualdad y
Desarrollo Económico Incluyente. Lo anterior sin aumentar la deuda pública ni
el déficit, sin aumentar impuestos y sin modificar las reglas de coordinación
fiscal.
Dentro de la estrategia de racionalidad se
redujeron los gastos en servicios personales en un 4.8% mediante la eliminación
de puestos redundantes y reducción de salarios a los servidores públicos del
gobierno federal. Igualmente se estudiaron fondos, fideicomisos y programas
presupuestales eliminando 156 de los últimos por encontrarlos redundantes o
prescindibles. En este punto quisiera hacer notar que del análisis del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología se determinó que un tercio de sus programas
eran altamente prescindibles, la mitad de prescindibilidad media y solamente un
20% imprescindibles con oportunidad de mejora. Ninguno fue catalogado como
imprescindible.
Con respecto a la clasificación funcional
del gasto, es decir, la distribución del presupuesto conforme a los propósitos
u objetivos socioeconómicos, el rubro que mayor asignación tuvo fue Desarrollo
Social con el 50%, seguido de Gastos financieros y participaciones a estado y
municipios con el 23%, Desarrollo económico con el 20% y Gobierno con el 5.4%.
Cabe hacer notar que todos tuvieron un incremento entre el 5.8 y 9.4% excepto
Gobierno que se reduce en un 9.4%.
La distribución del gasto entre las
diferentes dependencias tendrá un incremento real de 4.8% siendo las
beneficiarias dentro del Poder Ejecutivo Trabajo y Previsión Social (932%),
Energía (961%), Turismo (116%), Bienestar (40%), Defensa Nacional (11.3%),
Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (7.7%) y Educación Pública (2.9%).
Todas las demás dependencias presentan una reducción de su presupuesto entre el
3 y el 32%. Para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología la reducción es de
12.8% equivalente a 3 mi 612 millones.
Un ejercicio muy relevante consiste en el
análisis de la clasificación económica del gasto que se divide en gasto
corriente, pensiones y jubilaciones y gasto de inversión. Con respecto al gasto
corriente, aunque existe una disminución en servicios personales del 1.4% y un
aumento discreto en gastos de operación (3.4%) se proyecta un incremento
significativo a los subsidios (15.1%) que equivale a 518 mil 975 millones de
pesos que se distribuirán directamente a distintos sectores de la sociedad a
través de las dependencias federales. Las pensiones y jubilaciones tendrán un incremento
del 6.4%.
El rubro con mayor variación es gasto de
inversión que aunque presenta un incremento global discreto del 6.4% refleja un
cambio radical en la asignación de los recursos con una disminución de 64.4%
equivalente a 19 mil millones en subsidios de inversión y un incremento de 139%
equivalente a 45 mil millones en inversión financiera. Los principales
proyectos de inversión serán el Tren Maya, Caminos Rurales de Oaxaca y Veracruz
y el Programa Nacional de Reconstrucción para los estados afectados por los
sismos de 2017 y 2018 con una asignación de 6, 2.9 y 8 mil millones de pesos,
respectivamente.
Para el Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología se registraron cuatro proyectos: ampliación del Colegio de la
Frontera Sur en Villahermosa por 2 millones; la construcción de una Unidad
Multidisciplinaria para el Sistema de Centros Conacyt en la región Sur-Sureste
con la finalidad de incrementar la competitividad de las empresas de Tabasco
por 31 millones de pesos; Un edificio de Ingeniería en Querétaro por 66
millones de pesos; y un laboratorio para pruebas acreditadas NADCAP en
Chihuahua por 5 millones de pesos.
Con la finalidad de detallar el estado que guarda la inversión pública en Ciencia, Tecnología e Innovación, realicé un análisis comparativo de los presupuestos 2018 y 2019 bajo dos criterios complementarios a partir de los datos disponibles en el sitio Transparencia Presupuestaria de la SHCP. Por un lado utilizo la información para identificar los recursos que fueron asignados al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología como Unidad Responsable de Gasto, es decir los que va a ejercer directamente ya sea como gasto corriente o inversión. En este análisis encontramos que el presupuesto tiene una reducción del 12.08% siendo las áreas más afectadas las que promueven la innovación principalmente el Programa de Estímulos a la Innovación PEI que se reduce un 85%. Igualmente grave, los recursos para el fomento regional de las capacidades CTI sufren una disminución del 56% en perjuicio de los estados los cuales verán disminuida la distribución de recursos desde el centro. Otro rubro afectado son los apoyos para actividades científicas que pierde el 39% y desde donde se apoyaba la realización de congresos y reuniones.
El rubro de becas de posgrado sufre una disminución marginal del 0.25% y como consecuencia no se espera cambios en la matrícula de posgrado para el próximo ciclo escolar. El Sistema Nacional de Investigadores presenta un aumento del 1.72% similar al que se asigna para el fortalecimiento sectorial de capacidades científicas con el 4.16% de incremento. En este último rubro es claro que continuará siendo insuficiente la asignación como para subsanar la pérdida de los últimos años en los fondos sectoriales, particularmente en el SEP-Conacyt.
Pero no toda la inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación se realiza a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. En el Paquete 2019 se asignaron 49,733 millones de pesos a esta función, 8.5% menos que en el 2018. Las áreas del Gobierno Federal más afectadas por la reducción son Agricultura y Desarrollo Rural, Comunicaciones y Transportes y Medio Ambiente y Recursos Naturales.
A nivel de instituciones, la reducción más severa la presentan la Dirección General de Productividad y Desarrollo Tecnológico de SAGARPA, la Agencia Espacial Mexicana, el Centro Nacional de Metrología, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, la Dirección General de Investigación, Desarrollo Tecnológico y Formación de Recursos Humanos de SENER, el Centro de Investigación en Química Aplicada, el Centro de Investigaciones en Óptica, CIATEQ Centro de Tecnología Avanzada y el Fondo para el Desarrollo de Recursos Humanos del CONACyT.
Dejar de invertir en Ciencia, Tecnología e Innovación tendrá serias y complejas repercusiones negativas en el futuro. Por un lado perdemos al desacelerar la generación e incorporación de recursos humanos, sobre todo los que han emigrado del país y que, en el discurso oficial, fue uno de los posicionamientos más recurrentes de las últimas semanas. Por otro lado, perdemos competitividad frente a la investigación realizada en el extranjero con nuestros equipos obsoletos y sin recursos para adquisición de materiales y reactivos. La industria de base tecnológica pierde al carecer de incentivos e instrumentos para la vinculación con los investigadores quienes son los principales generadores de tecnología en nuestro país, una tecnología indispensable para mejorar la competitividad comercial de las empresas de base tecnológica. Finalmente, pierde la nación cuando el gobierno declina financiar la generación de conocimiento para la solución de los grandes problemas de nuestra sociedad como por ejemplo el envejecimiento por lo cual no deja de sorprender que el único Instituto Nacional de Salud que recibe una reducción en su presupuesto sea, precisamente, el Instituto Nacional de Geriatría.
El Congreso tendrá hasta el 31 del mismo mes para aprobarlo. Los diputados pueden modificarlo escuchando la voz de la sociedad o aprobarlo tal como lo propone el Poder Ejecutivo.